Juan de Dios probó su “medicina” con varias personas, incluidos miembros de su familia, que “están ahí, vivos, caminando”.
Este brujo que se considera a sí mismo protegido por los espíritus, el mismísimo Dios y las Siete Divisiones, no duda en criticar a las autoridades del Ministerio de Salud Pública, a las que imputa ocultar las reales cifras de fallecidos debido al “demonio” de la chikunguya, que “anda tocando corazones, de casa en casa”.